martes, 9 de octubre de 2012

Dos películas: cuál recomiendo ver y cuál no

Entre las últimas películas que he visto recientemente dos se me han quedado en la cabeza, una por ser bastante floja y otra por todo lo contrario. Casualmente ambas son canadienses. Las explicaciones, a continuación:

1) TAKE THIS WALTZ (Sarah Polley, 2011) toma el título de la famosa canción de Leonard Cohen, de quien también toma la temática que trata en muchas de sus composiciones: la historia de un triángulo amoroso y de la rutina en las relaciones de pareja. Incluso adquiere el tono poético del músico canadiense, pero al final la directora cae en lo pretencioso: pretende hacer pasar por bellos demasiados planos y paisajes que no necesariamente lo son, los diálogos intentan parecer profundos pero apenas son reveladores, y realmente la historia en sí no puede ser más prosaica. 

La protagonista, Margo (Michelle Williams), conoce por casualidad en una visita turística al guapo Daniel (Luke Kirby), al que luego se encuentra en el asiento contiguo del avión de vuelta a su ciudad y, es más, descubrirá que vive en la casa de enfrente. Una casualidad tan enorme como inverosímil. Ella está casada con Lou (Seth Rogen), pero aun así se verá arrastrada hacia Daniel. La mujer es irritante a más no poder: parece estar medio desequilibrada o ser una adolescente de casi 30 años, que no sabe si irse o no con el vecino. Este es el personaje más misterioso de todos: un artista medio hippie que no para de seguir a la chica como si fuera su sombra. El marido, por su parte, siempre está cocinando pollo, rechaza a su mujer cuando esta quiere sexo y no se entera absolutamente de nada. La mayor parte de los diálogos que mantienen todos son intrascendentes, y al final uno termina sin conocer casi nada de los personajes, y por tanto sin entenderlos y sintiendo cero empatía por todos. La moraleja final es que muchas veces la historia se repite y que, como dice uno de los personajes secundarios, todo lo nuevo acaba volviéndose viejo.

(+) Michelle Williams está estupenda en su papel: logra poner de los nervios a cualquiera. La fotografía también es bastante buena, con una luz preciosa en muchas escenas, y la banda sonora contiene varias joyitas.

(-) Para contar lo que cuenta le sobra mucho, pero mucho metraje y le falta mucho, pero mucho contenido de verdad. Los personajes están muy difuminados, como si no tuvieran importancia. El intento de contar de una forma original la trillada historia de un triángulo amoroso aburre y fracasa estrepitosamente.

NOTA: 4/10






2) PROFESOR LAZHAR (Philippe Falardeau, 2011): he aquí una historia sencilla pero llena de matices, y con personajes bien construidos. En un colegio de Montreal una profesora muy popular entre los alumnos se suicida ahorcándose en el aula donde da clase, causando el consiguiente trauma a los chiquillos, de escasos doce años. Al conocer la noticia Bashir Lazhar (Mohamed Fellag), un inmigrante argelino, se presenta en el colegio como candidato para sustituir a la maestra. Tendrá que hacer frente al drama que viven sus nuevos estudiantes y al suyo propio: perdió a su mujer y a sus hijas en Argel por culpa del terrorismo, y acudió a Canadá para pedir asilo político. Alumnos y profesor se ayudarán entre ellos a superar sus respectivas tragedias. Mohamed Fellag, con esa mirada triste incluso cuando sonríe, realiza una gran actuación como el profesor que tiene que vérselas con el tabú del suicidio por un lado y con la xenofobia e incomprensión hacia su situación por otro.

El filme explora bien los sentimientos de los personajes, en especial del profesor, un buen hombre que lo ha perdido todo, que no puede volver a su tierra por temor a ser asesinado y que, aunque acaba ganándose el afecto de los alumnos y de varios profesores, no termina de encajar en su país de acogida, en parte debido a los prejuicios de algunos de los padres de los alumnos. Los niños juegan un papel fundamental en la historia, no son meros espectadores, y los actores que los interpretan son bastante buenos para su corta edad. El filme está nominado a los próximos premios Oscar en la categoría de Mejor Película de Habla Extranjera.

(+) La historia es interesante y está muy bien narrada, sin faltar ni sobrar nada. El actor principal realiza un gran trabajo, al igual que los niños Alice (Sophie Nélisse) y Simon (Émilien Néron), las grandes revelaciones de la película. Algunas de las escenas son entrañables.

(-) Nada que objetar: Profesor Lazhar es prácticamente perfecta.

NOTA: 9/10



sábado, 6 de octubre de 2012

Leonard sigue siendo nuestro hombre

Regresaba Leonard Cohen a Madrid con 78 años a sus espaldas pero el mismo carisma (si no más), la voz cada vez más profunda y sugerente, el sempiterno traje y sombrero negros y la compañía de una banda y unas coristas de ensueño. Antes de que terminara el minuto uno ya nos había conquistado (o reconquistado) a todos. Es lo que tiene ser un seductor.

Abrió el genio canadiense con el clásico Dance Me to the End of Love para continuar con The Future, Bird on the Wire, Everybody Knows y Who by Fire, tras la cual pasó a The Darkness y otros temas de su último disco, Old Ideas (ver aquí el setlist completo).



Podía pensarse que la edad le pesaba a Cohen, pero pronto se vio que lleva sus casi ocho décadas increíblemente. Cantó una gran parte de las canciones arrodillándose sin renquear en absoluto, y en esa posición, algo encorvado sobre el micrófono, hacía de su interpretación un momento íntimo entre él y el público. Después se levantaba casi de un brinco, como si fuera un chaval, y se daba una vuelta por el escenario, mimando a sus músicos, permaneciendo respetuosamente atento y con el sombrero en la mano junto al que hacía un solo. Era tan admirable verle actuar como observar el respeto que mostraba hacia su banda, formada por artistas de un grandísimo nivel, entre los que destacan el zaragozano Javier Mas (bandurria, laúd y guitarra de 12 cuerdas), Sharon Robinson (fantástica cantante, pianista y co-autora de algunas de las canciones de Cohen) y las polifacéticas hermanas Webb, que combinan sus angelicales voces con la guitarra acústica y el arpa, y en el escenario incluso dieron una voltereta lateral de pronto, en mitad de una canción.

Robinson interpretó Alexandra Leaving, las hermanas Webb Coming Back To You y las tres juntas deleitaron con The Gipsy's Wife. Gracias a esto y al descanso a mitad de la actuación Leonard pudo racionar su energía y su voz y ofrecer unas tres horas y media de delicioso recital, mezclando en sus temas el amor y la melancolía, con ese punto pillo tan característico. Se vació por completo para el público, al que expresó que podría ser la última vez que viniera a Madrid, y fue capaz de salir del escenario dando cómicos saltitos como una cabra para volver a por los bises, que pusieron al público en pie, algunos con una lagrimilla por So Long, Marianne y otros coreando a voz en grito el breve estribillo de First We Take Manhattan.

Cohen se despidió con Famous Blue Raincoat, Closing Time, I Tried To Leave You y una versión de Save The Last Dance For Me, dejándonos a muchos un gratísimo recuerdo que no habría sido posible, no lo olvidemos, si su ex no le hubiera robado casi toda su fortuna, obligándole a volver a los escenarios. Si no regresa a España muchos le echaremos de menos. No hay otro como él.


NOTA: 10/10